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Zero Trust en la era post cuántica: autenticación,cifrado y validación continua

  • Alejandro Herrera
  • 20 oct
  • 5 Min. de lectura

En un mundo donde la tecnología permea cada rincón de nuestras vidas, la forma en que abordamos la seguridad de la información también está en constante transformación.


La llegada de la computación cuántica, aunque aún no representando un riesgo inminente para la mayoría, empieza a cambiar las reglas del juego en la estrategia de protección digital. Lo que antes se pensaba como una confianza implícita en redes perimetrales, VPNs y zonas seguras, ahora se revela insuficiente ante amenazas que requieren una mirada diferente.


La respuesta no puede ser otra que el modelo de Zero Trust, que ya no es solo una tendencia sino una arquitectura esencial, que responde a la necesidad de verificar siempre la identidad, tener control sobre el estado del dispositivo, segmentar dinámicamente, automatizar procesos y, adicionalmente, considerar la longevidad de los datos y la resistencia frente a adversarios que puedan “recolectar hoy para descifrar mañana” [Federal Reserve Board, 2025].


En Cyte, ya estamos colaborando con clientes en la implementación de controles concretos, que van más allá del reemplazo de algoritmos: se trata de transformar procesos, políticas y telemetría para tomar decisiones en tiempo real, con una visión que prioriza la adaptabilidad y la protección a largo plazo.


La perspectiva post cuántica, en este contexto, plantea que cualquier organización debe responder a tres preguntas clave: “¿quién pide acceso?”, “¿desde qué dispositivo y en qué nivel de riesgo?”, y “¿qué valor tiene realmente ese dato en una escala temporal que puede abarcar décadas?” La tercera pregunta, que mira hacia el horizonte, obliga a priorizar y diseñar migraciones con un sentido estratégico y de negocio.


No todos los datos requieren protección post cuántica hoy, pero información legal, histórica, llaves de cifrado y registros financieros, por ejemplo, sí. Esa visión nos lleva a una estrategia compuesta por tres herramientas principales: la clasificación de datos basada en su horizonte temporal, la crypto-agilidad en las aplicaciones y la automatización en la gestión criptográfica.

La clasificación de datos, en este marco, no es un inventario estático, sino una política viva que debe integrarse en el Motor de Políticas de Zero Trust. Esto significa que las reglas de acceso deben incorporar la sensibilidad temporal del recurso, por ejemplo, control más restrictivo para archivos con un valor histórico superior a varias décadas, y condicionar decisiones a factores dinámicos como la postura del endpoint, la geolocalización, tokens de corta duración y la integridad de la sesión.


Desde una perspectiva técnica, esto implica modernizar las fuentes de telemetría y garantizar que los sistemas puedan consultar atributos criptográficos, como algoritmos utilizados, fechas de emisión o evidencia de firma, al evaluar cada petición [NIST, 2024].


Zero Trust


Por otra parte, la crypto-agilidad es fundamental para que la transición a la seguridad post-cuántica sea lo menos disruptiva posible. No se trata de cambiar todos los certificados o sistemas de un día para otro, sino de diseñar soluciones que permitan adaptar y reemplazar los métodos de cifrado sin afectar el funcionamiento normal de las aplicaciones.


En Cyte, hemos desarrollado formas prácticas para integrar de manera gradual esquemas tradicionales con los nuevos resistentes a la computación cuántica, de modo que los servicios continúen operando sin interrupciones mientras se hacen las pruebas necesarias y se ajustan los proveedores involucrados [Gartner, 2025].


El tercer elemento, la automatización, es vital porque disminuye el margen de error humano y permite mantener la agilidad en ciclos de vida criptográficos cada vez más cortos. La gestión automática de certificados, la rotación de claves y la orquestación de pruebas de compatibilidad, por ejemplo, son prácticas que reducen ventanas de exposición y soportan la verificación continua, principio central del modelo Zero Trust. Lo que en nuestros proyectos resulta fundamental es la integración de estas acciones con la telemetría del SIEM, para detectar anomalías y activar controles compensatorios en tiempo real, fortaleciendo la seguridad en línea con los requisitos del escenario post-cuántico.


Proteger los datos exige también replantear cómo se manejan dentro de los sistemas. La tokenización, que reemplaza datos sensibles por identificadores únicos, junto con la firma inmutable de artefactos que garantiza la integridad de los registros, son dos herramientas con un alto potencial para limitar el impacto de posibles brechas de seguridad. Su aplicación en contextos como el financiero muestra un balance promisorio entre elevar la seguridad y mantener control sobre los costos operativos, planteando un camino estratégico para fortalecer la protección de datos con horizonte a largo plazo.


En el ámbito de la identidad, una estrategia estricta de Zero Trust post cuántico mantiene la necesidad de verificación multifactorial, pero la lleva a niveles superiores, fortaleciendo la revalidación continua, el control de sesiones y el principio de menor privilegio. Esto significa limitar la duración de las sesiones y aplicar controles más rigurosos, para reducir la ventana de oportunidad ante cualquier vulnerabilidad criptográfica.


En definitiva, ningún proceso de adaptación puede hacerse en aislamiento. La ruta post cuántica requiere un programa de madurez que incluya inventario criptográfico, clasificación por horizonte temporal, pruebas en entornos controlados, automatización en PKI y monitoreo constante de los eventos criptográficos. Desde Cyte, acompañamos a las organizaciones en ese camino, priorizando activos críticos, realizando pruebas piloto y fortaleciendo mecanismos de detección y respuesta ante cualquier anomalía.


Finalmente, hay que considerar también las nuevas exigencias regulatorias y contractuales que saldrán a medida que los algoritmos post cuánticos se estandaricen. Adaptar los acuerdos con proveedores, exigir soporte para algoritmos PQC, y garantizar la compatibilidad con HSM actualizables, son pasos que refuerzan la gobernanza en la gestión de claves, tan prioritario como la elección misma del algoritmo [NIST, 2025].


Para concluir, la comunicación interna y la alineación con el negocio resultan elementales. La migración post cuántica no es solo una tarea técnica, sino una decisión de gestión de riesgos que debe priorizar recursos y esfuerzos en función del impacto en continuidad y reputación. La protección de la información, en este escenario, no solo requiere innovación tecnológica, sino también una mirada estratégica que transforme la incertidumbre en un plan operativo viable y sostenible en el tiempo.


En Cyte, ya estamos implementando estas prácticas con clientes que desean transitar hacia un entorno donde la protección de la información sea duradera, combinando tokenización, automatización y telemetría especializada para hacer de la teoría una realidad comprobable. La pregunta, entonces, ya no es si hay que migrar, sino cómo hacerlo de manera segura, efectiva y alineada con la continuidad del negocio.







Referencias









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